viernes, 30 de diciembre de 2011

TU VIDA.



Mirarte día tras día en el espejo, y ver que ya no eres esa niña de 10 años, que temía a todo, que tenia que ir de la mano de sus padres, no, ya no soy esa niña, necesito mi propia vida, necesito vivir, vivir nuevas experiencias, salir, volverte loca por una noche, porque ya no vuelves a tener esta edad, vive ahora, porque nadie lo hará por ti.


Tengo rabia, la rabia me consume, no se como expresarme y me desahogo llorando, ¿pasa algo si lo hago? NO. La rabia me consume, llevo mucho peso encima, mas de lo que la gente se puede imaginar, si no es la familia, es otra cosa, y estoy mas que cansada de ver a todos sufrir, pero sobretodo estoy cansada de verme sufrir a mi. Necesito que esto acabe, necesito un tiempo. Ojala me pudiera ir de aquí, no se cuanto tiempo, pero nunca va mal una escapada y olvidar toda esta mierda. Quisiera que de una vez confiarais en mi. Ojala cada uno pudiera elegir su vida. Estoy cansada de oír esas frases: "siempre que te caigas, levántate" o "sonríe, que es mejor", cosas por el estilo. No... No quiero volver a escucharlas.
Porque siempre que te caes, te haces una herida antes de levantarme, prefiero quedarme con la esa herida, antes de volverme a levantar para volverme a caer y hacerme mas heridas, para eso me quedo en el suelo y no me levanto.


Un aplauso a las personas que tienen un vida perfecta, les deseo que sigan así.


Hoy, es un día de invierno, tengo las manos congeladas y fuera hace frío, las cosas parecen más tristes en invierno, o eso creo, la tristeza se apodera de mi, y no es por el mal tiempo, es por esta agonía que tengo, no me gustan los cambios, nunca me han gustado, y más si hacer cambios me lleva a tener que elegir caminos, si no sé cual escoger y más aún sabiendo que elija el camino que elija, sufriré.
Eso se llama miedo, creo yo...
Tener que elegir y no saber, sentir como me da vueltas la cabeza...
Es difícil explicar el sentimiento de agonía, agobio, por que es simplemente un montón de sentimientos acumulados y es como inexplicable, ese nudo en la garganta y esas ganas de desaparecer del mundo.
Esa impotencia por que no puedes hacer nada para que todo pase, tu estómago cerrado porque no acepta ninguna especie de alimento, son esas ganas de llorar, para con tus lágrimas ahogar tus penas, sin saber que las malditas penas flotan...





Un beso y un saludo,




Yo.



lunes, 26 de diciembre de 2011

Momento juguetón.





Estaba lavando los platos tranquilamente, y estaba mas que aburrida, cogía un plato, daba pequeños círculos en él con la esponja, lo enjuagaba y lo colocaba en su sitio. Seguidamente cogía un vaso, y metía la esponja en él, antes de sacarla noto que alguien me da pequeños besos en el cuello, mientras toca mi pequeña cintura.


-Deja los platos, y vayámonos a arriba, hermosa... - me susurró en mi oído, y me estremecí.
-No puedo ahora, amor, tengo que acabar de limpiar la casa... - le dije sonriendo, yo aún seguía limpiando los platos.


Como si no le hubiese dicho nada, empezó a meter sus manos por debajo de mi camiseta, yo seguía de espaldas a él, tocaba mi barriga, mientras daba besos en mi cuello.


-Vamos, cariño, que ahora no puedo... - le dije casi sin aliento.
-Sabes que quieres... ya limpiaremos después, anda... - dijo él.


Me giré para mirarlo, tenia un bulto en el pantalón, ya sabéis a lo que me refiero... Me ruboricé, y le volví a mirar a la cara.
Él sonrió.


-Sabes que esto se pone así por tu culpa, ¿no? - dijo señalando el bulto.
-jajaja - y me acerqué mas a él. - ¿y ahora que? - estábamos tan cerca que me entró hasta calor.
-No, te hablo enserio, es que necesito hacerte mía todas las veces que haga falta, necesito tocarte, necesito verte mas, cuando estamos durmiendo en la cama, y sin querer se te sube el camisón, dejando ver tus braguitas, me tengo que girar y no mirarte - en ese momento reí a carcajadas. - ¿De que te ríes? si es verdad mujer... - dijo acercándose un poco mas.
-¿Quien a dicho que no? Pero solamente me ha echo gracia, nada mas.


Me separé de él.


-___(tn), ¿me vas a dejar así? - dijo el mirandosela.
-No se de que me hablas. - dije dirigiéndome a las escaleras.
-Por dios no camines así, que me pongo mas... - dijo el, viniendo detrás de mi.



Solamente reí a carcajadas, de vez en cuando me tocaba el culo, yo solamente reía, y pensaba: "Pobrecillo, me necesita." 


-Ponte en bañador amor, que nos vamos a la playa un ratito - le dije mirándole, y después le di un beso.
-¿Voy a ir así a la playa? - dijo mirandosela otra vez.


Yo solamente sonreí y asentí, después cerré la puerta de nuestra habitación para ponerme el bikini.


-¿Encima no me dejas ver como te pones el bikini? - dijo desde el otro lado de la puerta.


Yo seguía riéndome.


-Por lo menos dame mi bañador, ¿no? - dijo él apoyándose en la puerta.


Yo estaba con la parte de abajo de el bañador, y arriba con el sujetador, aún no me había puesto la parte de arriba de el bikini. Cogí su bañador, abrí la puerta, casi se cae, yo reía. 


-¡¡Buff...!! Dios mio _____(tn), ¿de donde has salido tú, con ese cuerpazo? - dijo cogiendo el bañador.
-No exageres hombre... - le dije cuando iba a cerrar la puerta, pero él puso su pie.
-¿Creías que iba a permitir que me dejaras así, y yo sin nada a cambio? - dijo el juguetón, abriendo la puerta, yo seguía de pie. - Pues no princesa, te pondrás la parte de arriba de el bikini delante mio. Por favor, a cambio de dejarme así. - dijo haciendo pucheros.
-¿No te a bastado con verme en bragas? - le dije.
-No... - dijo cogiéndome por la cintura y dándome un beso.
-Vale, pero siéntate en la cama, y no hagas nada. - dije riéndome.


Se sentó en la cama, y abrió un poco mas las piernas, me giré para coger la parte de arriba del bikini, y me puse delante de él.


-¿Estas preparado? - le dije juguetona.
-Si... - dijo lamiéndose los labios.
-Vale... - le dije, me empecé a desabrochar la parte de atrás de el sujetador. Él se movía inquieto en la cama.


Cuando estaba a punto de quitármelo, salí corriendo dirección al lavabo, estaba al final de el pasillo, el al verme correr, se levantó y me siguió por atrás, llegué a la puerta, y me encerré en el lavabo, y me puse a reír. Él llegó y se apoyó en la puerta.


-____(tn), hoy te veo desnuda sí o sí. - dijo el riéndose.
-Y si no quiero, ¿que?  - dije sin parar de reír.
-Pues... em... haré algo para hacerlo.- dijo el. - Vamos, abre _____(tn)...
-Vale. - Ya había acabado de ponerme el bikini, y abrí la puerta, él puso cara de decepción.
-Joder ____(tn), ¿para una cosa que te pido? - dijo él apoyando su cabeza en mi hombro, como si fuese a llorar.
-Oh, pobrecito, que llorará... ¿Quieres el chupete mi vida? jajaja - le dije acariciando su pelo.


Levantó su cabeza y me miró.


-Te quiero igual mi vida. - me cogió la cara y me besó, un beso fugaz. Sinceramente no me esperaba ese beso, me esperaba una frase de las suyas. Pero no le negué el beso y le seguí besando. Cuando nos separemos nos miremos a los ojos, y posé mi frente con la de él, suspiré y cerré los ojos. Nos separamos y le miré.
-Ponte el bañador amor. - le dije. Y empecé a caminar hacia nuestro cuarto. Él me seguía por atrás, notaba su mirada clavada en mi. 
-Eres hermosa... - me dijo él caminando detrás de mi.


Solamente sonreí. Llevaba este bikini: 
http://www.google.es/imgres?q=bikinis&um=1&hl=es&sa=N&biw=1366&bih=667&tbm=isch&tbnid=MBj0YXfMRQr3vM:&imgrefurl=http://estilosdemoda.com/rebajas-en-bikinis-victorias-secret/&docid=sfp-dS2i-dUa-M&imgurl=http://estilosdemoda.com/wp-content/2011/03/rebajas_en_bikinis_victorias_secret11.jpg&w=424&h=572&ei=rGL4TsHLHcOj8gPPnJXNAQ&zoom=1&iact=rc&dur=398&sig=104669280927784454684&page=1&tbnh=150&tbnw=111&start=0&ndsp=25&ved=1t:429,r:16,s:0&tx=66&ty=82

-Yo, si quieres, si que me puedo cambiar delante de ti. - me dijo él cuando ya habíamos llegado a la habitación.
-Haz lo que quieras mi vida. - dije sonriendo.
-Vale siéntate en la cama, que ahora fliparás. - dijo él empujándome a la cama, dejándome caer encima de ella.Yo solamente me reía. Empezó a hacer como una stripties, no podía parar de reír. Se quitó la camiseta, dejando ver su tableta bien hecha. Se quitó los pantalones de chándal que llevaba, dejando ver sus calzoncillos, y ahí seguía el bulto, por llamarlo de alguna manera. Cuando estaba  a punto de quitárselos cogí un cojín y me tapé la cara, tumbandome en la cama, él se reía, y yo también.


-Cuando acabes de ponerte el bañador me avisas. - le dije con el cojín el la cara.
-Vale, ya esta. - me dijo el.
-¿Ya? - dije quitándome el cojín de la cara para mirarlo. Me había mentido, estaba completamente desnudo. - ¡Mentiroso! - volvía ponerme el cojín en la cara, y a tumbarme boca arriba en la cama. Escuchaba que él se reía, y se ponía encima mio en la cama.
-Supongo que estarás con ropa, ¿no? Porque en esta posición y tu desnudo... Eres peligroso. - dije riéndome. Yo seguía con el bikini.
-Tranquila, estoy con el bañador. - y me quité el cojín, sí, era verdad. - Y la peligrosa eres tu, que mira lo que me causas... - dijo mirandosela otra vez. Él esta a 4 patas encima de mi, le cogí de la espalda y lo empujé para que cayera encima de mí.
Solamente nos besamos apasionadamente, él quería desabrochar mi bikini, y le dejé, sí, le dejé y hasta él quedó sorprendido.


-¿Quieres hacerlo ahora? - me preguntó él.
-Shhh... calla, y besame. - le dije mirándole los labios, sus carnosos y deseables labios.


Él no se lo pensó de veces, y lo izó, bueno el resto os lo dejo para vuestra imaginación, pero lo claro es que no juguemos precisamente al parchís.






Que si, que la vida es dura, todos lo sabemos. Que hay gente que cuanto más lejos mejor, porque solo buscan hacerte daño. Que el amor es el sentimiento más complicado y bonito a la vez de todos, que te puede hacer estar en lo más alto o estar hecho mierda. Que en la vida muchas cosas dependen de la suerte que tengas, pero también de cuanto te lo curres. Que siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte y a sacarte una sonrisa hasta en los dias que no quieras salir de la cama. Que como te enamores estás perdido. Que la gente habla sin saber y se mete donde no se tiene que meter, pero tiene que haber de todo en esta vida. Que hay días increibles y otros que mejor te hubieras quedado en la cama, pero que de todo se sale y que una sonrisa es tu arma más poderosa. ¿Y sabes que? Que a la gente que no le gustes dile: adiós muy buenas. Porque la vida ya es bastante difícil y corta, como para perderla con idioteces e idiotas. 


Sonríe, y al resto que les den :)



viernes, 23 de diciembre de 2011

Momentos así hay pocos



Necesito que leas tu historia con esta canción: http://www.youtube.com/watch?v=36oazKfQNsA 


#Lee lentamente#








Tumbada en la cama, me desperté sintiendo que alguien me acariciaba las mejillas delicadamente, abrí los ojos lentamente, vi su rostro cerca del mio, me miraba sonriendo, volví a cerrar los ojos, y a la vez sonreí. Los volví a abrir, aún seguía mirándome, acerqué mi mano hasta su cara, la acaricié lentamente, el cerró los ojos mientras le acariciaba. Los volvió a abrir, nuestras miradas se encontraron, me miraba con dulzura, con ternura, yo igual, no dijimos nada, solamente nos observábamos el uno al otro. Él seguía acariciándome delicadamente las mejillas, yo igual a el. Cerré los ojos cinco segundos mientras seguía sonriendo, y los volví a abrir, el estaba guapísimo recién levantado, con su cabello para el lado, sin camiseta, su torso desnudo junto con el mio, que no estaba desnudo, solamente unas braguitas y una camiseta que dejaba ver mi barriga. Dejó de acariciarme la mejilla, y posó su mano lentamente en mi barriga, justamente donde esta mi ombligo, acarició mi abdomen, seguidamente, hice lo mismo, pero yo a él. 
Me acordé de nuestra conversación ayer por la noche, cuando nos estábamos acostando:


"-Cariño... - le dije"
"-Dime amor... - me dijo besándome la frente. Que tierno es..." 
"-¿Viste como te miraban las chicas esta tarde, en el centro comercial? - le dije"
"-No, ¿como me miraban? - dijo el"
"-Pues te miraban con deseo, como queriendo que fueras para ellas... Me sentía rara... - le dije"
"-¿Para ellas? ¿Es que no se dieron cuenta que soy tuyo? - dijo él mirándome"


Sonreí. Sonrió. Nos abrazamos.


"-No te pongas celosas de esas chicas, amor... - me dijo él"
"-¿Como no? si te comían con la mirada... - le dije."
"-Pero da igual, tú tienes algo que ellas no tienen. - me dijo."
"-¿Que tengo yo? Mírame, no tengo nada. - le dije"
"-Tienes mi corazón, amor... - me dijo"


Finalmente, nos besamos, nos fundimos en un tierno beso..."




Sonreí al pensarlo, tenia los ojos cerrados, el seguía tocando mi barriga. Cada vez subía mas, lentamente, cogí su mano, y la coloqué en mi pecho, haciendo un pequeño ruidito. Él me miraba con amor, con pasión, con ternura, se mordía el labio. Le miré, me subí encima de él, él boca arriba, yo encima de su cintura, tocaba su torso desnudo muy lentamente, como queriéndole buscar algún fallo, pero que no existía... Él me quitó mi pequeña camiseta, quedándome solamente en ropa interior, al igual que él. Agarré su cara con delicadeza y le besé. Él tocaba mi espalda, buscando el cierre de el sujetador. No lo encontraba, eso me causó gracia, así que me reí, y el también. Me puse derecha, aún encima de el, y le quedé mirando, tocaba con amor mis muslos, mientras los miraba. Mis braguitas era pequeñas, muy sexys, al igual que mi  sujetador. Creo que él tenia ganas de hacerlo al verme subida encima de él... Su cara lo decía todo, su mirada también, y la forma en que me tocaba también... Tengo claro que me desea, que me quiere, que me ama...
Me besa el cuello, sigue por mi oreja, hasta llegar a mis labios. Y fundirnos en otro tierno beso... 
Mientras me miraba, de su boca salió un "eres hermosa...", yo le miré y le sonreí, de mi boca salió un "yo contigo no tengo palabras...". De nuestras bocas salían palabras llenas de amor. Nos besábamos continuamente, los minutos que estábamos juntos se pasaban volando.


Porque momentos así hay pocos, así que hay que vivirlos...



domingo, 18 de diciembre de 2011

Me encanta sentir como sonríes en medio de un beso...



*Eres ______(tu nombre)*

Me fui de viaje, en medio del trimestre, mi familia quería hacer un viaje familiar, la verdad fue una pasada, con todos mis primos, con toda la familia al completo.
Dejé a todos mis amigos, a todos los compañeros allí, porque me fui 3 meses de vacaciones. La verdad es que siempre va bien hacer una escapada, para olvidarte de las cosas por un tiempo, en mi caso, tenía que olvidarme de él, de Mario, he estado enamorada de Mario muchísimo tiempo, y nunca me lo he podido sacar de la cabeza, no he existido para él, él siempre ha salido con mas chicas, y yo he sufrido muchísimo, yo lo amo de verdad, nunca pensé que podría sacármelo de la cabeza, pero en estos tres meses que no he visto a nadie, que no he hablado con nadie del instituto, creo que por fin lo he conseguido. No pensaba tanto en él, y creo que ya no siento tanto hacia él, creo que lo he podido olvidar, no digo del todo, pero si un poco bastante, ahora tengo más ganas de pasármelo genial, y más ganas de divertirme y no preocuparme.

Hoy iba a aparecer en clase, por primera vez después de mi viaje de 3 meses, supongo que me habrán echado de menos. Me levanté, entrabamos a las 8 de la mañana, pero yo no iba a aparecer a esa hora, quería darles una sorpresa, así que iría a las 10:30 de la mañana. Me vestí, me peiné, me eché colonia, todo lo que se hace por la mañana. Ya eran las 10:15, así que decidí coger mi mochila, e irme al instituto. Iba caminando, y pensaba en lo bien que me lo he pasado estas vacaciones con toda mi familia, pero mas con mis primos, los adoro. Y pensando y pensado, me vi en la puerta del instituto. Entré por arriba, porque la parte de abajo estaba cerrada.
Subí, y me encontré a unos cuantos profes que me saludaban y me preguntaban que tal me había ido, y cosas así.
Llegué a la puerta de la clase, realmente estaba nerviosa.

-“Toc toc”. – dije yo. -  ¿me he equivocado de clase? – dije apropósito.

Todos quedaron sorprendidos de verme allí, nadie se lo esperaba, ni siquiera mi mejor amiga.

-¡¡______(tn)!! – dijeron todos con muchísima alegría. Sí, ahora lo afirmo, me han echado de menos.

Mi mejor amiga, Daniela, le dio igual lo que le dijera después la profesora, vino corriendo hacia a mí, y me abrazó, se le cayeron algunas lagrimas de la emoción, y me dio muchos besos.

-No sabes lo mucho que te he echado de menos. – dijo mirándome. – te has ido 3 meses, ¡pero has cambiado! ¡Te han venido súper bien estas vacaciones, estas echa una pivona! – dijo mirándome de arriba abajo.
-¿Enserio? ¿Tan cambiada estoy? – dije mirando mi cuerpo.
-Estas guapísima. – dijo, y me dio otro cálido abrazo.

Vi a Mario levantarse de la silla, y mirarme como un bobo, no sé porque me miraba así, y se iba acercando a mí para saldarme, supongo. Pensé que le había olvidado, pero no, me dio un vuelco el corazón al verlo.

-_____(tn), estas… em… como decirlo… muy bien. – dijo Mario, cogiéndome la mano.
-Gracias. – dije sonriéndole.

Se me quedó mirando, como hipnotizado, mientras los otros compañeros venían a darme abrazos, el seguía mirándome hipnotizado, ¿Qué le pasará?

La mañana pasó rápida, todo el mundo me saludaba, nunca pensé que era tan importante, nunca me he sentido así, me sentía bien, me sentía querida, Mario nunca me había tratado así.
Salía por la salida de mi instituto, acompañada de Daniela y de Alex. Alex es mi mejor amigo, lo conozco de toda la vida, íbamos a la guardería juntos, todo juntos, hasta ir a mear. Todo, éramos inseparables, e igual con Daniela, pero a ella la conozco desde el colegio. Bueno, lo que decía, íbamos saliendo, y de pronto Mario se acerca a mí.

-____(tn), ¿podemos hablar un momento a solas? – dijo tímido y sonriendo, tocándose la nuca y mirando al suelo.
-Si claro, chicos, ahora os alcanzo, id tirando. – les dije a Daniela y a Alex.

Los chicos se fueron, nos dejaron solos.

-Te quería preguntar algo, pero estoy un poco nervioso, y creo que es un poco precipitado, no sé si querrás o no, no sé como… - dijo rápidamente, lo interrumpí.
-Mario, tranquilo, dime qué pasa. – le dije tocándole el brazo, su musculado brazo, se me caía la baba, pero no quería que se me notara.
-_____(tn)… - dijo.
-¿Si…? - dije buscando su mirada.
-¿Quieres que nos conozcamos mas, digo, quedar y eso…? – miraba todo el rato al suelo, al ver que yo no decía nada, me miró tímido. ¿Por qué se comportaba así? Con ninguna otra chica se comportaba así, siempre era mas atrevido.
-Vale. – le sonreí feliz.
-¿Enserio? – me miró sonriendo.
-Sí, ¿quieres quedar mañana, que es sábado? – le dije.
-Vale. – dijo feliz. - ¿Quedamos en el centro comercial, te parece? – dijo sonriendo, estaba feliz.
-Vale, buena idea, tienes mi número, ¿no? Por si pasa algo, digo… - dije sonriendo tímida.
-Sí, si… - dijo Mario
-Vale, bueno nos vemos mañana, que Alex y Daniela ya habrán llegado a sus casas. – y los dos reímos.

Me giré para irme.

-Adiós guapa… - dijo, y me sonrió dulcemente, y yo a él.


No alcancé a Daniela y a Alex, estuve pensado en Mario, creo que parecía estúpida riendo, porque la gente me miraba rara.

Estaba cansada, por la tarde no tenia instituto, así que hice los deberes, y me conecté al facebook un rato.
Vi que estaba Mario conectado, como nunca me habla, pensaba que hoy no iba a ser menos, pero no, me habló.

*Conversación por facebook*

-Hola preciosa!(L)
-Hola guapo!
-qué tal?
-Bien, y tú?
-Estupendamente, oye que me a encantado verte de nuevo… que estos 3 meses han sido raros sin ti…:$
-aaa, pero si nunca hablábamos, lo raro es que te hayas fijado en mi hoy…
-No se, cuando te e visto me e sentido diferente, feliz… creo que me explico fatal xD.
-feliz?
-si, no se explicarte, me e sentido diferente, desde que te fuiste solamente quería verte.
-Pero si yo para ti no existía, no entiendo  que ahora de repente si…
-Bueno, lo veras con el tiempo, supongo…
-Vale, bueno me voy, un besazo! Hasta mañana(L)
-Hasta mañana preciosa(L)

*Fin de la conversación de facebook*

Estaba cansada, ya eran las 22:30, un poco pronto, pero bueno, da igual, me metí en la cama y me quedé dormida enseguida.

Me desperté al otro día, a las 9 de la mañana, cogí el móvil para meterme en la ducha, y estar escuchado música, eso me relaja mucho mas, y veo que tengo un mensaje de Mario:

"Quedamos esta mañana, a las 11:30, y no iremos a el centro comercial, iremos a otro sitio, ponte guapa, te pasaré a recoger, un beso(L)"

-¡A las 11:30! ¡Mierda, me tengo que duchar ya! - dije yo, hablando sola.

Me duché, y me vestí así, solamente los tacones y el vestido:

Me peiné y salí a esperarlo en la puerta.
Él apareció vestido así:

Iba realmente guapo, le di un beso en la mejilla cuando lo tuve bastante cerca.

-Estas realmente hermosa... bueno como siempre. - dijo mirándome, se le caía la baba.

Le di un golpe en el brazo.

-Gracias, pero no seas tonto, no hace falta que me hagas la pelota. - le dije.
-¿No me cres? Vale, tu misma, no me creas, pero que conste que digo la verdad.
-Bueno, bueno, ¿y donde vamos? ¿Por que me has echo arreglarme tanto? - le dije sonriendo.
-Bueno, ahora lo veras... - dijo, y me agarró la mano. En ese momento me sonrojé.
-Vale, por una parte me gustan las sorpresas, por otra no... - le dije mirándole.

Seguimos caminando, hasta llegar a un grandioso bosque.

-¿Me has traído al bosque? - dije confundida, odio el campo.
-Shh... calla, ponte esta venda, que aún no hemos llegado. - me dijo, y me dio la venda.
-Vale... - dije fastidiada.

Seguimos caminando un rato mas, yo no veía nada, el iba detrás de mi, sujetándome por la cintura, yo no paraba de preguntarle: "¿cuanto falta?" o "¿queda mucho?". El solamente se reía de mi, y me daba pequeños besos en el cuello, y en esos momento yo reía.

En un momento, paremos, y el dejó de sujetarme. No veía nada, no sabia donde estaba.

-¿Mario? ¡Mario! ¿Estas ahí? - dije moviéndome. - puedo escuchar como te ríes... - dije riéndome. En un momento lo cogí por la camisa, y sin querer caímos al suelo, no parábamos de reírnos, notaba su respiración y eso me ponía nerviosa, me apoyé un momento en su pecho, para respirar y parar de reírme, y suspiré.

-______(tn)... - dijo Mario.
-Dime... - dije aún en su pecho.
-Me encantas. - dijo él, al escuchar esas dos palabras me puse nerviosa. - me encanta como te ríes, me encanta tu mirada, tus labios, tu forma de andar, tu sentido de el humor, eres divertida, simpática y agradable. Me encanta tu forma de sonreír - en ese momento sonreí en su pecho - esa misma, esa forma que tienes de sonreír, me encanta tu cuerpo... Todo tu me encanta. - dijo Mario.

En ese momento me quité la venda, y lo miré, me estaba mirando mientras decía eso, no le dije nada, solamente le besé, lo besé con todo el amor que pude, nunca nadie me había dicho eso, nadie.

Aún seguíamos en el suelo, lo paré de besar, necesitábamos respirar, no dijimos nada, solamente sonreímos tímidamente. 
Me levanté, y pude apreciar donde estábamos, porque entre que nos caímos, y que le besé, no vi ni donde estaba, estábamos aquí, pero había un banco:


-¡Guaau...! - fue lo único que me salió.
-¿Te gusta? - me dijo Mario detras de mi, cogiéndome por la cintura y apoyando su cabeza en mi hombro.
-Me encanta... - me giré y le di otro beso.
-Vale - dijo colocando un mechón de pelo detrás de mi oreja.- vamos a sentarnos en el banco, amor.
-Vale, madre mía como me e puesto el vestido por tu culpa Mario. - le dije, mientras me limpiaba el vestido.
-¿Por mi culpa? ¿Encima? ¿Quien ha sido la que se ha caído encima mio? - dijo acercándose a mi.
-¡Pero me e caído porque me as soltado!¡Sino me hubieras soltado, no me hubiera caído, y no me hubiera manchado el vestido. - dije haciendo pucheros.
-Oh, que mona y tierna estas con esa cara - dijo cogiéndome de nuevo por la cintura. - pero sabes que no tienes razón - dijo apoyando su frente contra la mía - pero no te volveré a soltar, ¿vale? - me susurró... casi me derrito.
-Vale - le di otro beso - vamos a sentarnos en el banco.
-Vale, vamos. - dijo el, empezando a caminar.

Nos sentamos en el banco, ese banco era antiguo, viejo de madera, estábamos sentados, el viento rozaba mis mejillas, y revoloteaba mi vestido, no hacia ni frió ni calor, pero a veces se me erizaba la piel en pensar que estoy apoyada en su pecho, sentada en un banco, a solas con el, en un bosque hermoso...

-Amor... - me dijo.
-Mmm...  - dije con los ojos cerrados, para sentir mejor el viento, y su hermosa colonia.
-Me gusta que te guste este lugar. - dijo el también cerrando los ojos.
-¿Por que? - le dije.
-Por que yo venia aquí de pequeño, con mi padre, que aunque ahora no esta a mi lado, ni lo estará, todos los días le recuerdo. - dijo acariciándome el pelo.
-Lo siento, no sabia nada... - dije levantándome de el banco, tapándome la boca con la mano.
-No, no, _____(tn), tranquila... no estabas aquí, ¿como lo ibas a saber? No te tendría que haber dicho nada, sé que eres muy sensible con estos temas... - dijo Mario.
-Yo... Mario lo siento muchísimo...  - dije escondiéndome en su pecho, llorando.
-Vamos ____(tn)... por favor... para de llorar, ya esta, no podemos hacer nada, no me gusta verte llorar por favor... - dijo acariciándome el pelo, y dándome pequeños besos en él. - Cambiamos de tema mejor.
-Vale... - dije limpiándome las lagrimas.
-El vestido te queda realmente bien, eeh. - dijo mirándome de arriba a abajo, mordiéndose el labio inferior.
Me reí por su expresión.

-Me encanta que hagas eso... - le dije sentándome encima de él.
-¿El que?¿Morderme el labio? - dijo Mario.

Yo asentí con la cabeza.

-Pues lo hago gracias a ti, que me vuelves loco. - dijo acercándose a mi cuello, y seguidamente dándome besos en él. Yo solamente reí, y cerré los ojos para sentirlo mejor.
-Eres perfecta ____(tn)... - dijo Mario mirándome.
-No, no lo soy, ni lo quiero ser Mario, porque hasta la perfección tiene imperfecciones. - le dije acariciándole la mejilla. Él rió. - ¿De que te ries?¿de mi?
-¿Que? no, no... - dijo riéndose. - no me rio de ti, ___(tn)... - dijo el, yo le miré rara, como indignada.
-Muy bien, pues llévame a casa, que no se el camino... - dije de broma de levantándome de encima de el.
-Hey, hey, hey, ¿donde cres que vas muñeca? - dijo cogiéndome de el brazo, empujándome hacia el. Yo sonreí.
-¿Sabes? esa frase no te pega ni con cola. - y salí corriendo.

El venia detrás de mi, yo corría, y corría, hasta que me alcanzó, y se puso delante de mi, me cogió y me puso en su hombro, como cuando llevamos a los niños pequeños y le decimos que les llevamos como un saco de patatas.
Reíamos sin parar, como niños pequeños divirtiéndose. Yo seguía encima de él, y le daba golpes en la espalda para que me bajara, hasta que lo conseguí, y nos miremos fijamente a los ojos.

Y empecé a hablar:

-Tonto.
-Tonta.
-Feo.
-Hermosa.
-Estúpido.
-Encantadora
-Te odio.
-Te amo.

No podía seguir, tenia que reírme. Y eso hice, reírme, y Mario también.

-Te amo tonto... - le dije, y le besé.
-Yo te amo mas pequeña... - me susurró.
-Me encanta sentir como sonríes en medio de un beso...




Sé que ese "siempre" funcionará cuando más lo necesitemos; que esa sonrisilla después de llorar aparecerá siempre; que esos momentos estarán siempre ahí, en cualquier parte de nuestro cerebro; que aparecerá alguien para levantarme cuando no pueda hacerlo yo, y recordarme que la felicidad siempre está ahí pero que hay veces que no la vemos, que la vida puede que acabe mañana, y quizá no hemos hecho todos los planes que nos quedaban pendientes, que la distancia no es el olvido y que la amistad no entiende de sexos, porque cuando queremos, podemos. Me has llenado cuando estaba vacía, me has sonreído cuando solo tenias ganas de llorar, conseguiste hacerme feliz con una mirada o dos palabras, y, aún encima me das las gracias. ¿Las gracias porque? ¿Por quererte tal y como eres? Las gracias te las doy yo a ti, solamente por estar a mi lado... Te necesito ahora y siempre, que eres lo mejor que me ha pasado en mi mierda de vida.

martes, 13 de diciembre de 2011

Me siento sensible.



Me siento fuera de lugar, desorientada, totalmente perdida. Si ahora mismo me preguntaran que me pasa, ni siquiera sabría qué decir, no sabía por dónde empezar y no hablemos de cómo seguir. 
Hoy es uno de esos días en el que las ganas de seguir se quedaron por el camino. Uno de esos días en los que por no creer, no me creo ni a mí misma. Uno de esos días en los que el nudo en la garganta puede conmigo. Siento que soy una pequeña pieza de ajedrez que alguien mueve de un lado para otro, y que no se decide a donde colocarlo. Y mientras se decide, a mi me da por pensar, pero por más que piense no llego a ninguna conclusión, solo consigo llenarme la cabeza de ideas inservibles, que desecho una y otra vez. Tengo miedo, y es que sé que haga lo que haga voy a tropezar, y no quiero, ya me he caído demasiadas veces y tengo demasiadas heridas, aunque quizás ya sea demasiado tarde para no querer tropezarme, quizás en este momento estoy empezando a caer, es mas, siento que me tambaleo en un muro que se va derrumbando poco a poco, pero suficientemente rápido para que mi corazón se vaya despedazando con cada piedra, y sí, siempre que caigo, me levanto, pero esta vez ya no tengo fuerzas. No sé si engaño a los demas o a mi misma diciendo que ya te e olvidado, porque no puedo, no quiero. Hoy lo único que sé es que todo está perdido, que no hay nada que hacer ya... pero aún así tengo que seguir con mi vida. Será una tontería, pero vivo esperando que estés de nuevo a mi lado, para abrazarte y no soltarte... Poder decirte "Te quiero" aunque sea por ultima vez.

domingo, 11 de diciembre de 2011

GAME OVER



Se sentaron juntos. Distanciados. En la misma mesa. Cada uno con su bebida. Ella con su café, él con su té. Sin decir una sola palabra. Silencio. Respiraciones entrecortadas. Suspiros interminables. Miradas, y mas miradas, no de amor, algunas de tristeza, algunas de confusión, otras de dolor, alguna que otra de desilusión...
Tras darle un sorbo a su café. Ella le miró a los ojos. Él esquivo esa mirada. No quiso. Nunca quiso. Tras esa negación, ella hablo.


-¿A que juegas? - le dijo ella.


En ese momento, él miro hacia la barra donde la camarera limpiaba un par de vasos, soñando con una sonrisa diaria. Trago saliva, y habló.


-A vaciarte la mente. A dejarte sin ninguna réplica. - dijo el, acercándose a la mesa, luego volviendo a recostar su espalda en la silla.
-No me gusta ese juego, y menos si he jugado sin saber. - dijo ella.


Ella no tardo en contestar. No tardo en devolverle la palabra. Quería ver la angustia que sufría él al verle con tantas palabras, cuando a él le faltaban todas.


Él se revolvió en la silla, se llevo el vaso a los labios. No bebió. Estaba haciendo tiempo. Pero el tiempo no se hacía. 


Ella se recostó en la silla. Bebió. Saco un boligrafo de su bolsillo, y empezó a girarlo entre sus dedos. Inconstante. Para tranquilizar sus nervios. Le tocaba tirar palabra a él, no a ella. Aunque se muriera por soltar varias. Pero tenía que esperar. Esperar a la espera. Algo que parecía no tener fin. El café se estaba acabando. 


-Has jugado sabiendo. Desde el principio, y parece ser, que hasta el final. - dijo el.
-No me has dejado saber. No me has dejado adivinar. Es un juego cerrado, y nunca me has dejado salir. En un sin sentido, y yo seguía. No se porque, pero seguía.


En ese momento. Las palabras terminaron, junto con el café. La camarera recorria el bar en busca de la sonrisa diaria. Ella le miro por última vez. Se levantó. Y jamás le dijo una palabra más. 


GAME OVER.



Sabes


Sabes que no es lo mio decir te quiero.
Sabes que no se me da bien expresar mis sentimientos.
Sabes que no se me da bien decirte gracias.
Sabes que vuelo alrededor de tu nido.
Sabes que callo cuando tú hablas.
Sabes que anhelo jugar al escondite entre tus sábanas.
Sabes que deseo andar descalza por la forma de tus pestañas.
Sabes que río cuando bailas y lloro cuando faltas.
Sabes que me encantan tus bromas y tu forma de ser.


Pero cariño, ¿sabes acaso como añoro el consuelo de tus labios en mi frente?
¿Sabes qué se siente cuando aparece la soledad de no tenerte?
¿Sabes amor, que mi agradecimiento no compensa tu talento para adorarme?
¿Sabes que tus pupilas aprendieron a hipnotizarme?
¿Sabes que te hice el amor después de amarte?
¿Sabes que te amo a pesar de todo?


Sabes que escribirte es más que confesarme, más que perderme, más que elogiarte...
Y sabrás que desplegar el arco iris de mis sentimientos significa en blanco y negro si no estas a mi lado...



Podréis llamarme gorda, podréis llamarme tonta, podréis llamarme falsa, podréis llamarme aburrida, podréis llamarme sosa, podréis llamarme fea, y muchas mas cosas... Al principio me harán daño, pero luego pensaré que esas cosas me las dicen personas que no me quieren, porque esas personas no me conocen de verdad, no me conocen cuando estoy con mis amigas, de broma. Alomejor soy fea, ¿pero eso acaso de importa? Seguramente para alguien seré la persona mas hermosa de el mundo entero.
¿Falsa? no creo, porque es una de las cosas que mas odio, a parte de la mentira.
¿Gorda? No se, a veces si que me veo gorda, pero chica, mírate al espejo, no eres perfecta.
¿Tonta? por supuesto, todos somos tontos, porque los  tontos son los que dicen tonterías, ¿y que pasa, que tu no dices tonterías?
¿Aburrida? Sí, en ocasiones, no te lo niego, pero pregúntale a mis amigas, una tarde de sábado, haber si soy aburrida.
¿Sosa? También, en ocasiones, aunque no me doy cuenta, porque soy tal y como soy.
También tengo cosas buenas, pero si tu te niegas a verlas, no es mi culpa.


Y sacándome defectos, no te hará perfecto.

El lugar.



El timbre ya había tocado cuando él me besaba en el pasillo. Yo me separaba de él haciendo ver que tengo prisa para ir a clase, cuando en realidad no me importaba que el mundo se acabase en ese momento. Entonces el profesor de ciencias se asomó por la puerta y nos vió jugueteando el uno con los labios del otro.

Ese es el motivo por el que estábamos en el aula de castigados. Él no dejaba de mirarme, y a mi me encantaba que no me quitase su mirada de encima, esa mirada que se forma cuando los dos latarales de su boca se levantan, es decir, cuando sonríe.
Escribí una notita en un papelito y se la pasé a mi novio que por cierto se llamaba Carlos. Leió la nota:

  <<Quedamos esta tarde a las 16:00 en el parque de mi barrio>>

No quería que me viniese a buscar a mi casa porque mi madre es muy cotilla.

Por la tarde nos encontramos en el parque de mi barrio y nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad, él no me soltaba la mano ni un solo segundo, pero tubo que hacerlo para pagar los helados que nos compramos por el camino, luego me volvió a agarrar.

Había pasado más de media hora y en ese momento no había mucha conversación, entonces le propuse:

-¿Quieres que te enseñe un lugar secreto?- Dije de repente.
-¿Un lugar secreto?- Me preguntó extrañado. -No se a lo que te refieres.-
-No hace falta que lo sepas. ¡Vamos!- Dije emocionada.

Le apreté la mano y me lo llevé corriendo como si fuese mi peluche favorito.

Ivamos corriendo a ese lugar. Ese lugar era donde yo y mi mejor amiga, Patricia, pasábamos nuestras tardes libres. Era un parque muy viejo y desconocido, estaba rodeado de cesped muy verde, pero no era como para ponerse a jugar en el columpio ni resbalar por el tobogan, parecían inestables y eran lo único que había a parte de un pequeño lago donde unos pájaros de colores, con la cola muy larga, de un amarillo que cuando lo ilumina el sol, es dorado, se reunían ahí a las 17:15 aproximadamente. Nos poníamos a contarnos secretos y a veces nos hacíamos fotos, estaba fuera de la ciudad y estaba escondido detras de unos cuantos árboles.

A lo que iva. Carlos, al ver que habíamos cruzando tantos árboles corriendo me preguntó:

-¡¿A donde vamos?!¡No te habrás perdido!- Dijo desesperado.
-¡Tú solo calla y acuerdate del camino!- Dije aún más emocionada.

*Aunque no es que vaya a olvidarse ni nada, luego sabrás porque.*

Al llegar, la primera palabra que pronunció fue:

-Vaya- Dijo con cara de mongolo.
-¿Te  gusta?- Le pregunté felizmente. -Es el lugar secreto de Patricia y yo.-
-Sí, es muy bonito.- Djo mirando alrededor.

Caminé hasta el lago y le empecé a explicar lo que pasa a las 17:15.

-Mira, en este lago, a las 17:15 vienen muchos pájar...- 

Sin dejarme acabar, me empezó a besarme lentamente. Cuando dejó de besarme abrió los ojos y nos miramos durante unos segundos, no sé si él quería estar en silencio o estaba como yo, sin saber que decir. No era la primera vez que nos besábamos, ni mucho menos, pero fué algo maravilloso, raro, sorprendente, eterno, excitante...

Entonces llegaron los pájaros, se pusieron a beber del lago y Carlos me soltó la mandíbula y fue a verlos.
Agarró a un pájaro sin dejar que mueva las alas y le dije:

-Suéltalo.- le dije.
-Me lo quiero quedar como mascota.-Dijo convencido.
-¿Pero no ves que es uno de esos pájaros que no sobreviven si no son libres?- Dije yo.
-Conmigo se está muy libre.- Dijo otra vez convencido.
-Si tu lo dices...- Dije mirando al suelo.
-¿Qué quieres decir?¿No te sientes libre conmigo?- Preguntó.
-Claro que sí, contigo me libero.-Dije mirandole.
-¿Entonces de que te quejas?- Me preguntó levantando el tono de voz.
-¡No me quejo de nada, solo quiero que sueltes a ese pájaro!- Dije señalando al pájaro con la mano abierta.
-Ya esta, ya lo he soltado-. Dijo mirando hacia otro lado.
-Me tengo que ir.- Dije girandome.
-¿Ya te quieres ir? No hemos hecho nada.- Dijo desanimado.
-Sí, ya quedaremos otro día para volver.- Le dije con una sonrisa falsa.
-Vale, como quieres.-Dijo él con una sonrisa verdadera.

Nos fuimos de ese parque, faltaba media hora para que el Sol se póngase. A mí me gustaba mucho quedarme a ver la puesta de Sol desde ese parque, pero por alguna razón desconocida, no me apetecía.
Al llegar a medio camino le hice prometerme que no le diría ni una palabra a Patricia ni a nadie, de lo de ese día. Me lo prometió.

Al día siguiente, fui yo la que le dijo a Patricia que le enseñé el parque a Carlos. No me resistí a contárselo, lo sabe todo de mí y yo lo sé todo de ella, eso creo. Cuando se lo dije, se enfadó 7 segundos y me dijo:

-No pasa nada, mientras no lo anuncie en la radio...- dijo Patricia.

Entonces me abrazó. Me encantaban esos momentos con mi mejor amiga, era de las personas mas importantes de mi vida.

Por la tarde salí del instituto y me quedé esperando a Patricia para ir a casa juntas. Salió y comenzamos a hablar de camino a casa.

-Por cierto, ¿Qué paso ayer en el parque con Carlos?  -Me preguntó Patricia.
-¿Ayer? La verdad es que no pasó nada interesante, fuimos a ahí, cogió uno de esos pájaros, me dijo algo de la libertad y ya está.- Le dije sin importancia.
-¿Y ya está? ¿Fuisteis a un lugar tan bonito, a la hora que se pone el Sol, y lo único que hicisteis fue hablar de la libertad de los pájaros?- Preguntó sacando los ojos hacia mí.
-Bueno, me besó, un beso increíble.- Dije sonriendo.
-Algo es algo- Dijo ella mirando para otro lado.
-¿Qué querías que hiciésemos? ¿El amor?- Dije riéndome.
-No, pero... podríais haber aprovechado ese momento, para no se... Ya hablaremos esta tarde.- Dijo despidiéndose.

Después de despedirnos, me fui a casa. Al llegar ví que mi madre estaba nerviosa, recogiendo cosas y le brillaban algunas lágrimas en sus ojos.

-¿Mamá que pasa?- Le pregunté asustada.
-No es nada cariño, han llamado del hospital, dicen que tu padre está empeorando.- Dijo nerviosa.

*Por cierto, mi padre está ingresado en el hospital. Empezó con una simple gripe, y ahora tiene problemas de corazón.*

-Mamá, voy a ir contigo.- Le dije siguiéndola con la mirada mientras ella no se quedaba quieta.
-Como quieras hija.- Dijo sin mirarme.

Cogimos el coche y nos dirijimos hacia el hospital de la ciudad de al lado. Llegamos al hospital y fuimos a ver a papá. Al llegar a la habitación donde estaba, vimos que estaba durmiendo, mi madre se sentó a su lado, le cogió la mano y empezó a llorar, yo no era lo bastante fuerte para aguantar el peso de las lágrimas y salí al pasillo a llorar. Después de desahogarme entré otra vez a a la habitación, entonces vi que mi padre tenía los ojos medio abiertos.

-¡Papá!- Grité corriendo hacia él.
-Hola cariño, te echo de menos.- Dijo cansado.
-Yo también papá.- Dije tristemente.
-¿Como van los estudios?- Me preguntó interesado.
-Bien...- Dije mirando el techo.
-jajajaja...-Soltó una risa seguida de tos.
Entonces vinieron los médicos y pusieron fin a la visita... 

-Adiós papá, te quiero.- Dije saludando con la mano.
-Adiós amor- Dijo mi madre dándole un beso en la frente.

Al volver a casa por la tarde no ablé con nadie, ni tan solo con Patricia. Solo quería estar sola, así que fui al parque 'secreto'. 
Cuando llegaba detrás de unos arbustos, empecé a escuchar a alguien hablando.

No me lo podía creer, no. Era Carlos empujando a una chica en el columpio del parque. Me quedé en shock, no podía pronunciar ni una sola palabra. Acababa de ver a mi padre gravemente ingresado en el hospital y para acabar de joderme el día, me encuentro a mi novio empujando felizmente a una chica en el columpio de un parque que se suponía que era un secreto entre Patricia, él y yo.
Carlos se dio cuenta de que yo estaba ahí, le cambió completamente la expresión de su cara. Dejó de empujar a la chica y empezó a caminar hacia mí, la chica se levantó del columpio.

-Carlos, me dijiste que este sitio solo lo conocías tú, ¿Qué hace ella aquí?- Dijo la chica cruzando los brazos.
-¡Te odio!- Grité apretando los puños.
-Carlos, ¿Quien es esta?- Dijo la chica confundida.
-Te lo puedo explicar.- Dijo Carlos asustado.
-¡No me puedes explicar nada!- Grité empezando a llorar.

Y me fui corriendo, estaba corriendo y secándome las lágrimas. Llegué hasta un punto y paré. Estaba entre muchos árboles, respiraba muy rápidamente, me caí de rodillas, me lo pensé, volví a levantarme y me fui a casa.

Al llegar a casa, mi madre estaba en el sofá mirando la tele, no me hizo caso, yo tampoco quería que me lo hiciese. Entré a mi habitación, no sabía que hacer. Llamé a Patricia y quedamos para contarle todo lo que había pasado.
Cuando se lo conté todo, me dio uno de sus maravillosos abrazos.

Al día siguiente, al despertarme, por la mañana, me dí cuenta de  que no fue una pesadilla. Me sentía fatal. Me arreglé, me puse bastante maquillaje para que no se notase que estuve llorando mucho. Me fui al instituto y me encontré a Patricia esperándome. Estaba convencida de que ella me alegraría el día.

-Hola, ¿Como estás?- Dijo Patricia.
-Bueno sigue todo igual.-Dije desanimada.
-Oye, te tengo que decir una cosa.-Dijo mirando hacia el suelo.
-¿Qué pasa?-Pregunté preocupándome.
-Mis padres se quieren mudar mañana por problemas económicos... - Dijo triste.
-No, no es verdad, no puede ser... No puedes hacerme esto, por favor, no. -Dije empezando a llorar.
-Ya lo sé, sé que estás en un momento horrible de tu vida, pero, lo siento mucho, yo no quiero hacer esto... - Dijo con los ojos muy llorosos.
-No, no, no, no... - Dije llorando sometida en su cuello mientras me abrazaba.

Entonces le solté y me fui corriendo, escuché como el timbre sonaba en ese momento, pero no me importaba, escuchaba a alguien gritando mi nombre, lo más probable es que fuera Patricia, pero yo no le hacía caso.

No me daba cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, fue cuando entonces me encontré de pie en ese parque. Oí unos pasos detrás de mí, me giré y vi que era Patricia.

-Lo siento, de verdad que lo siento mucho.- Dijo con ojos llorosos.
-Oye Patri, no hace falta que te disculpes más, lo entiendo, no me gusta nada, pero lo entiendo.- Dije triste caminando hacia el lago.
-Creo que hoy es el último día que nos vemos.- Dijo triste.

Me abrazó más fuerte de lo que nunca lo había echo antes, y eso que siempre me abraza muy fuerte.

-Te quiero mucho Patri.- Dije llorando mientras aún nos abrazábamos.
-Yo también te quiero mucho, siempre lo haré.- Dijo llorando también. - Espera que me tengo que atar los cordones de las bambas.- Dijo agachándose.

Yo me la quedé mirando. Y entonces, ella cogió agua del lago con las dos manos y me la tiró de golpe, yo me quedé ---> O_o. Caí de rodillas, me tapé los ojos como si estuviese llorando, y de repente cogí agua del lago  y se la tiré igual que me hizo ella. Ella se dio cuenta de que no lloraba en serio, y empezamos a reírnos y salpicarnos agua la una a la otra.

En ese momento me olvidé de todos los problemas que tenía y lo único que hacía era pasar mis últimos momentos con mi mejor amiga. Tal vez este sea el fin de muchas cosas buenas pero seguro que es el comienzo de muchas cosas mucho mejores, y lo mejor será que disfrute de ellas hasta el último detalle.