jueves, 7 de junio de 2012

Solo tú sabes el motivo de mi sonrisa - Capitulo 26





Capitulo 26:

-______, ¿qué te ha pasado? ¡Joder! ¿Quién te ha hecho esto? – Chilla angustiado y preocupado al ver mi herida.
-Un hombre… - Le digo con la voz débil. – Al intentar escaparse… me ha clavado la navaja… Lo siento, Travis… 
-Vale, tranquila. Tengo que parar la hemorragia de alguna manera, _______. Tú aguanta.

Asiento con la cabeza, como puedo. Mi cabeza está apoyada en sus piernas flexionadas. Él se quita la chaqueta y luego también la camiseta. Yo me retuerzo del dolor de la herida causada en mi abdomen, podría morir ya, me ahorraría el dolor y la angustia. 

-Travis, vas a coger frío… - le digo débilmente.
-Me da igual________. – Al ya haberse quitado la camiseta intenta tapar la herida. 

Al cabo de pocos segundos la camiseta empieza a llenarse de sangre. Presiono con fuerza sobre la herida a pesar de mis gritos ahogados por el dolor. Travis llama como puede a una ambulancia y después a mi padre. No tarda en colgar. Me tranquiliza tenerlo aquí, aunque sé que él no está tranquilo.

-Vamos a salir de esta, ¿vale? Con quilómetros de distancia o sin ellos, me da todo igual. Pero contigo. Sabes, cuando te vi en el telón… Ese día, supe que serías tú ese motivo. – Intenta distraerme, para que no piense en el dolor.
-No es que me guste mucho, ya que ahora mismo ese motivo está haciendo que estés como estas ahora… - Le digo entre lágrimas. – Lleno de sangre, sin camiseta y… - No me deja acabar.
-Y luchando por ti, amor. Sabes que ese es mi objetivo. – Las lágrimas salen de sus ojos, al igual que también de los míos. 
-Y el mío… - Le digo intentando sonreír pero de nuevo grito al sentir tanto dolor en la herida.

La sangre sale con abundancia. Travis me mira asustado. Me aguanta como puede entre sus brazos ya que no me quedan fuerzas y a pesar de la sangre que ha quedado impregnada tanto en él como en mí, empieza a caminar hacia la salida de la calle.

-¿Escuchas alguna ambulancia? – Le pregunto, muy cansada.
-No… Pero tranquila, que vendrán.
-Me duele mucho…
-Aguanta, pequeña… - Intenta tranquilizarme.
-Te quiero mucho… - Le digo abrazándome más a él, intentando buscar su protección, pero no la encuentro, ya que él no está tranquilo.
-Yo también… - Me contesta, aunque cambia de tema rápido - Haber _____, vamos a sentarnos y así esperar a que vengan. ¿Vale? Tú cógete a mi cuello.
-Va-vale… - Le digo aun más débilmente y empezando a temblar por el frío.

Él, como puede, poco a poco para no hacerme daño consigue sentarse apoyado en una de las paredes de la calle de Barcelona y me pone a mí encima de él, de forma que me coja como una princesa. Aunque no estoy para cuentos en estos momentos. Me aprieto la herida, parece que así la sangre sale menos. Es indescriptible el dolor que tengo en el abdomen. Travis se siente mal, lo sé. No puede hacer nada, no podemos hacer nada. Simplemente esperar. Lo que yo no sabía, era que si tardaban mucho más, como podía ir notando en mis ojos ya que se iban cerrando poco a poco, lo que no sabía, era que la navaja podía haber dado en el estómago y que, en poco tiempo, podía morir desangrada.
















Queda poquito para el final, espero que os guste.







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