No quiero que me regales rosas por San Valentín, ni regalos, ni que te pegues con nadie. No seas idiota. Con que tú estés a mi lado me basta.
Tampoco necesito que me prometas que me querrás siempre como el primer día, sólo que me jures que nunca me harás daño, porque sé que no existe nada eterno, pero tampoco existe nada imposible, y eso, es un buen consuelo.
¿Qué que es lo que quiero entonces? Pues quiero que me necesites, que sientas que sin tenerme a tu lado te falta algo, que te cueste seguir adelante sin mi, que me des un abrazo sin necesidad de que yo te lo pida, que perdones mis momentos de debilidad, y también en los que estoy insoportable. Que sigas picándome como el primer día y que por mucho que nos distanciemos, luego volvamos y nos digamos: "No podemos estar separados ni un momento". Eso, justamente eso, es lo que quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario