-¿De qué somos, que tocarnos nos gusta tanto? - preguntó él.
-De sentimientos… - Caviló ella - De nubes de colores… de chocolate y vainilla… de pasiones y placeres… de dolores y heridas…
Una brisa de aire jugueteó con el cabello de ella.
-Creo que somos de aire… - Comentó él, mientras entrelazaba su mano con la de ella - Es maravilloso sentir el aire entre tus dedos…
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