Algún día nos amaremos a propósito y no por equivocación.

Besarlas como a amantes, cuidarlas como a hijas, hacerle el amor como actores porno y no perderlas como imbéciles. De nada.

Ni que fuera otra más en el mundo para que me andes regalando rosas, bombones o joyas, a mí régalame libros, mota o sexo salvaje.

Hay temas que se deben discutir sin ropa…

Me daban ganas de comerme el mundo entero si empezaba por su boca.

Las matemáticas me han enseñado que si te parece fácil, lo estas haciendo mal.

-Quítate eso. - Lo dice como si no entendiera cuánto tiempo tardó en arreglarse para él.

No es que tuviera miedo de mostrarse tal cual es frente a él, sólo que parecía que el no notaba lo que ella hacía por él; la dieta para mantener una bonita figura, el vestido para resaltarla, el tinte para lucir su cabello, pintalabios para marcar sus besos, y nunca olvidar sus tacones para besarlo con mayor facilidad.

-No sé porqué pierdo mi tiempo así. - Agacha la mirada y comienza a quitarse sus tacones.

-Te prefiero sobre mis pies. - Le ayuda a quitarse el otro tacón, al terminar la levanta de las manos, sujeta su cintura y la acomoda sobre sus pies besándola como si fuera la primera vez.

Esa noche dejó sus tacones al borde de la cama, junto con su altura y sus inseguridades.

Cuando creas en ti, ni el cielo será tu límite.

Cualquier día nos cruzaremos por la calle y tú dudarás si pasar de largo o saludarme

– Ismael Serrano 

Él levantó la mirada y me sonrió. Percibí que quería ver aquella sonrisa toda la vida, aunque una vida fuese tan poco.

Muchas veces te deseo así y pienso: ¡cómo no estás aquí! Juntos miraríamos llover mansamente, quitaría mis ojos de la lluvia para mirarte a ti, estaríamos callados un buen rato y no seria necesario decir: te quiero y volvería a saber que eres dulce, tibia y deliciosa, como la lluvia…

– Jaime Sabines

"Cuando tu quieras, yo querré" — La frase más bonita dicha por un hombre.

He imaginado cientos de panoramas románticos contigo, pero para ser sincera, el día que te tenga enfrente preferiré que cuentes los lunares de mi cuerpo en lugar de las estrellas. Voy a elegir mojarme contigo con el agua caliente de la ducha que un beso bajo la lluvia. Te pediré que cortes los gemidos en lugar de una flor. Te cobraré los besos que aún no me has dado en cómodas cuotas. Te mentiré para no salir de casa, diré que tengo sueño pero no te dejaré dormir. Arreglaré todas las discusiones o por lo menos les pondré pausa. Habrá lo que no hubo, haremos lo que no pudimos hacer, y será lo que no fue.

Y ese es el problema, tu felicidad no puede depender de nadie.

Esa sonrisa pícara que se produce cuando le dices “te quiero conmigo en la cama”.

La parte bonita de enamorarse es esa en la que cuando estás con él olvidas que la vida es una mierda.

Los guapos no comemos, nos comen.

Qué difícil elegir qué ponerse cuando lo único en lo que andas pensando es en el momento en que te lo quiten.

Cuando la vi no supe si primero besarla, abrazarla, decirle que la quiero, o hacerle el amor. Entonces hice todo al mismo tiempo.

Esa bonita de costumbre de besarte y sonreír al mismo tiempo.

Un día de estos, te dejo acariciar las paredes con mi espalda.

Hasta de espaldas reconocería tu sonrisa.

Si nuestra felicidad dejara de depender de otras personas, sufriríamos menos.

Sonrisas pícaras que descubren intenciones.

La princesa quería calor y fuego en la mirada. Se enamoró del dragón.

Mi pregunta es: ¿te apuntas a unos besos?

Deja de prometer, si no vas a cumplir.

Al fin y al cabo, todos buscamos experimentar lo que es el amor.

Te ha pasado que quisieras volver a conocer a esa persona por primera vez?

Y entonces llega alguien, alguien que rompe tus esquemas, esa persona por la que haces lo que prometiste nunca hacer, todas esas cosas a las que llamabas tonterías, ese será el momento en el que te enamores…

Y de repente tu aroma se cruza con mi olfato, escucho la melodía que tanto tarareabas, camino entre la gente y creo encontrarme con tu mirada. Me cansé de los reproches y de las palabras, te quemé, revisé que en las cenizas no quedara nada. Intentos en vano, no te esfumas y queda latente el deseo de que te vayas. Te aferras a mi carne, a mis muñecas laceradas. ¿De dónde sacas la maldad para lastimarme - más - cuando estoy ya destrozada?

Todo llega para quien sabe esperar.