martes, 20 de agosto de 2013




"…en ese momento me tomó de la mano. Me perdí en el brillo de sus ojos y sonreí. Luego me dijo: “¿Te imaginas estas manos con 50 años más?” 
Solo pude abrazarlo como si nunca más quisiera que se vaya y lo besé dulcemente en los labios."








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