— Estás mordiéndote el labio. Cuando te muerdes el labio tienes un extraño poder hipnótico sobre mí. Me seduces, me excitas, me desconcentras de cualquier actividad que esté haciendo.
— Perdona.
— No te disculpes. Es solo que yo también quiero morderlo…
-Cincuenta sombras de Grey
No hay comentarios:
Publicar un comentario