Pero siempre, siempre, le quedará aquel momento en el que sus miradas se encontraron, aquel momento en el que él pensó en ella, aunque solo fuera una milésima de segundo, siempre le quedará eso. Y aunque lo olvidara, de vez en cuando, saldría a la ventana, a ver el mismo cielo, a mirar las mismas estrellas, bajo la misma luna, para darle las buenas noches a alguien que le robó el corazón solo con una mirada.