viernes, 28 de diciembre de 2012




–¿Nunca? –repetí, incrédula. –¿Nunca has… siquiera querido a alguien?
–Sí, lo hice una vez, pero nunca más, ¿está claro? No volveré a caer en eso.
–¿Por qué?
–Porque querer te hace débil, te hace vulnerable. Dependes de lo que la otra persona diga y nunca te pones a pensar en ti mismo. En cambio, si no dependes de nadie eres fuerte e independiente. 




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