sábado, 22 de junio de 2013



Entonces me miró a los ojos, y no pude evitar fijarme en esos pequeños detalles que se supone no debía de ver; vi la forma en cómo sus pestañas se rizan levemente al final de sus ojos, y cómo los enmarcan, vi que sus ojos no son del color que creí que eran, vi que constantemente jugaba con sus dedos además hacía muecas con los labios, me fijé en la manera desarreglada de andar el cabello, enmarañado si, pero así es más atractivo; vi mis ojos en sus ojos y me di cuenta, en mí, que esa era la manera en la que lo amaba; sin que lo pudiera controlar, sin que él se diera cuenta; lo amaba sin poder amarlo.


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