
-No, simplemente estoy enfadada contigo. - dijo ella presionando los labios.
-He estado bebiendo, ¿vale? Tu piel estaba a dos centímetros de la mía, eres muy guapa y hueles jodidamente bien. Te besé, ¡lo siento! ¡Supéralo!
Mi respuesta la hizo pausar, y las comisuras de su boca se torcieron hacia arriba.
-¿Crees que soy guapa?
Fruncí el ceño. Que pregunta mas estúpida.
-Eres una preciosidad y lo sabes. ¿Por qué sonríes?
Mientras más trataba de no sonreír, más lo hacía.
-Nada. Vámonos.
(…)
Sonreía de oreja a oreja por mi cumplido, y hizo de que pasara de psicópata a ridículo en menos de 5 minutos. Ella intentaba dejar de sonreír, y a cambio, eso me hacía sonreír a mi.
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