martes, 8 de octubre de 2013




-No, simplemente estoy enfadada contigo. - dijo ella presionando los labios.

-He estado bebiendo, ¿vale? Tu piel estaba a dos centímetros de la mía, eres muy guapa y hueles jodidamente bien. Te besé, ¡lo siento! ¡Supéralo!

Mi respuesta la hizo pausar, y las comisuras de su boca se torcieron hacia arriba.

-¿Crees que soy guapa?

Fruncí el ceño. Que pregunta mas estúpida.

-Eres una preciosidad y lo sabes. ¿Por qué sonríes?

Mientras más trataba de no sonreír, más lo hacía.

-Nada. Vámonos.

(…)

Sonreía de oreja a oreja por mi cumplido, y hizo de que pasara de psicópata a ridículo en menos de 5 minutos. Ella intentaba dejar de sonreír, y a cambio, eso me hacía sonreír a mi.




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