miércoles, 23 de noviembre de 2011

No querer darme cuanta de la realidad, hace daño...

Me desperté entre tus sabanas, un sábado por la mañana, cuando apareces en calzoncillos por la puerta de la habitación y me dices:


-Buenos días, bella durmiente... - dijo el.


Se acercó a mi i me besó la frente.


-Buenos días. - dije aun un poco dormida.
-¿Qué tal has dormido?
-Bueno, dentro de lo que cabe bien, contigo a mi lado, todo es perfecto... - dije mirándole directamente a los ojos.
-eres tan tierna... Tu me dices tantas cosas bonitas, y yo no te digo nada ni hago nada... - dijo bajando su cabeza.
-¿Qué no me dices nada? - dije cogiendo su barbilla y subiéndola hasta encontrar su mirada con la mía - esta noche ha sido increíble, sabes que te quiero por como eres, aunque nunca viene mal que me digas algo...
-Lo sé mi vida, te prometo que a partir de a ahora todo cambiará para mejor - dijo, y luego me besó dulcemente. - Oye, ¿quieres ir a desayunar a la cafetería que hay abajo?
-Vale, déjame ducharme y cambiarme y ahora  salgo. - dije levantándome de la cama.
-Vale, te espero en el salón. - dijo también levantándose de la cama.


Me dirigía al baño, pero se me olvidó la toalla, volví a la cocina, i al pasar por delante del salón, lo vi, ahí, viendo la tele, en calzoncillos. Sonreí y volví al baño.
Me duché, saqué mi ropa, me vestí, y cuando salí, seguía tumbado en el sofá, con la tele encendida, y el dormido. Estaba tan tierno y tan mono durmiendo...


Me acerqué a el, me puse encima, y le di pequeños besos por los labios, y por el cuello, cuando oigo que dice:
-Me tendrias que despertar todos los días igual - dijo sonriéndome.
-Lo aré - dije - y ahora vístete, que tengo hambre.
-Vale.
Y me levanté de encima de el, y me dirigí a maquillarme un poco.
Ya estábamos los dos arreglados, le di la mano, me miró y me sonrió tiernamente.


Llegamos a la cafetería, y nos sentemos en una mesa del fondo. Y se acerca una camarera con un escote que se veía a kilómetros, vi como el la miraba, como se le caía la baba y si, me puse muy celosa.


-Quiero un café con leche - dije cortante.
-Em... yo lo mismo... - dijo el al ver que yo me había enfadado.
-De acuerdo - dijo al camarera coqueteando con el. Y se marchó quedándonos solos de nuevo.


Él se giró a verme, y yo estaba mirando para otra parte, no tenia ganas de mirarle a la cara, después de ver lo que acababa de ver.
-¿Estás bien? - dijo el.
-Si, perfectamente, oye, me tengo que ir, no me encuentro muy bien... - dije levantándome, pero antes de que me pusiera de pie del todo, él me cogió de la mano y me dijo:
-¿Que te pasa? Sé que te encuentras bien, por favor dímelo. -  dijo mirándome directamente a los ojos.
-¿Encima no sabes lo que haces? ¡Te has comido con la mirada a la guarra de la camarera! - dije ya harta.
-Pero... discúlpame... no tengo excusa, ¡pero sabes que solamente te quiero a ti! - dijo con un hilo de voz.
-¿sabes? dicen que las personas no se dan cuenta de lo que tienen hasta que lo pierden. Alomejor me e enfadado por lo que tu llamas una tontería, pero para mi no es plato de buen gusto ver a la persona que amo, a la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida a mi lado, que se coma con la mirada a otra persona, a una guarra barata, por no llamarla otra cosa...
-Por favor tampoco la insultes. - me dijo.


Ahí si que me levanté y se me calló una lagrima. Me dirigía a la puerta de la cafetería para salir de ese lugar, pero antes de salir me giro, y te veo allí, con tus manos en tu cara, no se si estabas llorando o que, pero me sentí bastante mal.  Pensé que vendrías detras de mi... Pero no fue así... y te digo:


-No te has llegado a parar a pensar en todo lo que has podido a hacer en un día, en todo el daño que me has echo en un abrir y cerrar de ojos, no preguntes porque estoy así lo sabes.
¿Es que tu no puedes darme nada más que esto?, y da igual todo lo que yo haga por ti, por nosotros, hay cosas que nunca serán mías, aunque tú lo intentes aunque te esfuerces por sentir todo lo que siento yo, nos engañamos lo sabes, intentamos que salga bien, que llegue el momento en el que sea todo perfecto pero sintiéndolo mucho dudo que llegue ese momento, son demasiadas decepciones...
No sé cómo debo hablarte, ni que debo hacer si nunca cumples nada, no confio en tí y eso me mata no poder confiar en ti, pero después de todo lo pasado es probable que llegue a perdonarte alguna vez. Porque sé que si no te tengo a mi lado muero, eres el que me da las fuerzas... Y tener que aguantar lo que acaba de pasar, eso me mata por completo. - dije. 


Las lagrimas no paraban de deslizarse por mi mejillas... El también lloraba. Se estaba dando cuenta de lo que tiene, o tenia...

-Sigo sin tener fuerzas, quizá se llame ser cobarde pero el simple echo de que estes tan lejos aunque estes a mi lado me mata por dentro.
Dime amor, ¿merece la pena todo esto? Yo se que te amo, se que eres lo mas importante de mi vida y estoy dispuesta a todo por ti pero…¿Y tu? ¿Estas preparado? Sé que esta pregunta no hay ni que hacerla porque la respuesta me la repito todas las noches antes de acostarme, y la verdad, esque todavía queda en mi una pequeña esperanza que esta latente esperando sentada diciéndome que algún día te darás cuenta de todo lo que te amo y cambiarás por mí. - dije sin parar de llorar, y mirándole a los ojos.

-Me acabo de dar cuenta de lo mucho  que me quieres y de lo mucho que te quiero... Déjame empezar de zero, por favor... 
- Lo aré, pero será la ultima oportunidad...



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