jueves, 28 de junio de 2012
















Un sabio se puso delante de un público y contó un chiste. Todo el mundo se empezó a reír.
Después de un momento, contó el mismo chiste, pero esta vez menos gente se reía.
Contó el mismo chiste una y otra vez, pero nadie se reía.

Él sonrió y dijo: 

No puedes reírte del chiste una y otra vez, pero:
¿Por qué sigues llorando por lo mismo una y otra vez?


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