-¿Cómo supiste que te habías enamorado?
-¿No lo sabes?
-Pues no...
-Bien. Cierra los ojos, y no los abras.
-Ya. ¿Y ahora qué hago?
-Quédate ahí.
-Pero ¿y si te vas? ¿cómo voy a saber que aún sigues aquí?
-Era ese miedo a perderte lo que me hizo saber que te necesitaba. Fue así mismo como me percaté de que me había enamorado. ¿Lo entiendes ahora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario