miércoles, 13 de junio de 2012


Cuéntame al oído, muy despacio, muy bajito.

-Si lo que quieres es eso, venga, haz lo que quieras y lo que necesites, te dejo huir.
-¿No me vas a decir nada más?¿No me vas a decir nada para que me quede?
-No, ahora es cosa tuya, si prefieres huir hazlo.
-No es que lo quiera hacer, si no que me hubiese gustado que me dieses una buenas razones para no huir.
-Pero es que no las tengo, porque para mí la única razón para no huir de todo esto, eres tú. Si tu no tienes la misma razón, vete.



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