jueves, 21 de junio de 2012

Todo sería perfecto



Me hubiera encantado ir a buscarte al metro, venir hasta mi casa, entrar en mi cuarto contigo, cerrar la puerta, ponernos el pijama y ver alguna película en el ordenador con la luz apagada y abrazada a ti. Me hubiera encantado después haberte dado un cojinazo y empezar una pelea de cojines seguida de unos cuantos mordiscos míos por todo tu cuerpo y finalizarla comiéndote a besos. Quizás después nos hubiéramos metido en la cama a continuar el banquete de besos mientras acaricio tu cuerpo y te hago de rabiar apartándome para que no me beses a la vez que te miro y sonrío. Quizás pasado un rato nuestras caricias habrían alcanzado otro nivel. Durante todo ello probablemente te habría dicho que te quiero varias veces y que eres precioso otras tantas. Finalmente, dejaría que durmieses algo mientras observo lo perfecto que eres y, tras esto, quizás intentaría dormir algo yo también. Es posible que me despertase durante la noche tres o cuatro veces para ver si sigues a mi lado y contenerme las infinitas ganas de besarte y abrazarte para no despertarte. Más tarde, despertaríamos sin saber la hora, nos miraríamos y tú me dirías “buenos días princesa”, yo me moriría de amor y te daría un beso. Tal vez, lo siguiente que haríamos sería quedarnos tumbados en la cama sin más, mirándonos, abrazándonos y besándonos, y no haría falta nada más porque todo sería perfecto de esa forma.


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