jueves, 31 de mayo de 2012





























Me gusta la forma de tus labios, el roce de tus dientes con los míos, que me muerdas sin querer, sentir el aire caliente que sale de tu nariz rozando mi cara; tus pestañas y la peca que tienes en la mano derecha; los pliegues que aparecen en tu frente cuando frunces el ceño, que no puedas evitar las ganas de esbozar una sonrisa y las arruguitas que se te forman a cada lado de la boca; la suavidad de tu piel, remover tu áspero pelo y la manera en que desabrochas cada botón de tu camisa; tu mirada, el color de tus ojos, que me susurres al oído, sentir un nudo en el estómago cada vez que me abrazas y reirme a menos de un milímetro de tu cara; tu casa, tu cama, el papá noel que cuelga en navidad uno de tus vecinos y cada uno de tus movimientos; que te brillen los ojos cuando cuentas algo que consideras emocionante, lo difícil que es verte realmente feliz y saber que a veces soy la única que consigue que lo seas; tu olor, cómo te vistes, tu cuerpo entero, cada uno de tus huesos y tus manos, no mucho mas grandes que las mías; quedarme mirándote fijamente cuando llevas gafas de sol creyendo que no me ves, tus gestos y las mil tonterías que se te ocurre contarme siempre; la música que escuchas, alguna canción en especial, tus calzoncillos; que intentes ser mejor y conocer cosas nuevas; observarte mientras comes, tus padres, la nariz de tu hermano, la espalda, el modo en que me sirves agua; lo impulsivo que eres, escuchar tu voz por teléfono, que cuentes conmigo para lo bueno y para lo malo, tu risa.


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