martes, 29 de mayo de 2012


Y es que a veces no hay palabras, sólo miradas. Gestos. Más miradas. Luego una sonrisa. Que dura porque tienes tu mano puesta sobre su piel. Porque en su bolsillo has encontrado un papelito que ponía "Te quiero" mientras el se daba la vuelta. Porque los días pasan demasiado rápido cuando él está allí y cuando no quieres que se marche, porque no puedes soltar su mano. No quieres. Y piensas, pero no se lo dices, que cada minuto sin el es inútil.


No hay comentarios:

Publicar un comentario