Capítulo 18:
Salimos del escenario. Solo salir lo abrazo.
-Joder Travis… Te quiero, te quiero, te quiero…
-¿Contenta? Yo también te quiero pequeña. Sabes
que soy capaz de hacer cualquier cosa.
Vuelvo a sonreír, estoy feliz. Y en ese momento
me doy cuenta de todo.
-¡Tú eras la
sorpresa! ¡Me has estado engañando tonto!
-No solo yo, también Tamara, Miriam y Lidia que fue
quien lo pensó y todo. Ya le puedes dar las gracias.
-Voy a buscarla. Ven – Digo cogiéndole de la mano.
Salimos de la sala para dirigirnos al público, para
buscar a Lidia. En cuanto salimos todo el mundo nos mira, algunos sonríen,
otros se secan las lágrimas y otros simplemente aplauden. Yo miro a Travis y le
dedico una sonrisa. Otra.
-Vamos a buscarla. – Me dice, y esta vez es él
quien va delante.
-Oye, que yo esto me lo conozco más que tu.
-En verdad he estado aquí más veces.
-¿En serio? ¿Qué dices?
-Sí, hace dos años.
-¿Cómo…? – Pregunto confusa mientras seguimos
caminando.
-Y te vi. Cantar.
-No te entiendo Travis, pero… ¿Que hacías aquí?
-Verte.
-Pero si no nos conocíamos.
-Eso es lo que tú pensabas.
-¿Me conocías?
-Yo a ti si, tú a mí no.
-Explícate.
-Primero buscamos a Lidia y a tus padres, que te
querrán ver. Y luego, te lo explico.
-Vale, por ahí. – Le indico uno de los pasillos que
dan a los asientos en los que mis padres están sentados.
Nos dirigimos a mis padres como podemos entre los
asientos, aun con las manos cogidas. No pienso soltarle, me siento segura a su
lado y más al llegar a mi padre. Mi madre al verme me abraza y después también
a Travis, algo emocionada.
-Lo habéis hecho muy bien…
-Gracias. – Respondemos ambos con una sonrisa.
Dirijo la mirada a mi padre. Esta sentado
mirándonos, a Travis y a mí.
-_______, papá y yo nos vamos unos días a Madrid.
-¿Y eso? – Pregunto sorprendida.
-Porque le han ofrecido un trabajo en el que
pagarán más y…
-¿Y…?
-Cariño, para que preguntarle si sabemos la
respuesta. – Interviene mi padre.
-No pienso ir a Madrid.
-Pero hija… Aquí sola no te puedes quedar. – Me
dice mi madre.
-Si que puedo.
-No puedes. – Asegura mi padre.
-Travis, haz algo. Por favor… - Le pido
desesperada.
-¿Y si se queda conmigo? – Pregunta Travis.
-¿Estarás de broma, verdad? – Le dice mi padre.
-¿Me ve riendo señor? Lo digo en serio.
-No, eso sí que no. – Niega mi padre.
-Ostia papá, ¿Por qué no?
-Deja que lo hablemos tu padre y yo, _________.
– Dice mi madre.
-No. No hay nada de qué hablar. Me quedo con Travis
y punto.
-¿Qué te crees aquí, la mejor? No _______, no. Las
cosas no van así y con este plan menos. Mañana por la mañana sale el vuelo a
Madrid.
-Que vais a coger vosotros, papá. Yo no.
-Ya hablaremos cuando lleguemos a casa. – Dice mi
padre dejando la conversación para otro momento.
-Travis, puedes venir a comer a casa si quieres… - Le
ofrece mi madre a Travis.
-De acuerdo. – Dice aun un poco serio. – Gracias
señora.
-Llámame Maite, mejor.
-Vale, Maite.
Mi madre sonríe. Aunque yo no y mi padre tampoco.
Ya son las 12. Salimos del instituto con mis padres, nosotros vamos detrás de
ellos. Voy con la cabeza apoyada en el hombro de Travis.
-Vamos pequeña… Alegra esa cara.
-No… Y menos ahora.
-¿Por qué?
-Ya verás.
Llegamos al aparcamiento. Donde está el coche de
mis padres y también la moto de Travis. Y ahora es cuando, de nuevo, las cosas
se van a liar.
-_____, sube al coche. – Dice mi padre secamente.
-Voy a ir en la moto con Travis.
-No, al coche.
Niego con la cabeza. Cogiendo de la mano a Travis.
-Papá, no voy a ir en el coche.
-_______, estoy teniendo mucha paciencia contigo y
con tu… con tu novio. Pero la paciencia se me acaba. Venga, al coche.
-Me da igual que se te acabe, no me importa.
-______, ¡al coche! – Grita enfadado.
-¡Que no, ostia! – Le grito.
Mi padre se acerca a mí y me coge del brazo.
Obligándome. Intento despegarme de él pero me coge con fuerza. Hasta me hace
daño.
-Papá, déjame. Me haces daño.
-Excusas.
-¡Que me dejes, joder! – Le grito moviéndome sin
ningún resultado ya que me tiene cogida con fuerza.
-Te tengo que llevar como una cría pequeña al
coche, ¿o qué?
Travis está a mi lado. Pero no se atreve ni a
tocarme. Ve a mi padre más superior que él. Sé una manera de que me suelte,
pero puede funcionar o al contrario, empeorar. Aunque no pensaba que
reaccionaría tan mal después de decirle eso, que es lo que de verdad pienso en
estos momentos.
-Papá eres un idiota, el peor padre del mundo, ¿tú
te crees que eso se le hace a tu hija? No eres normal papá, estás loco, ¡estás
paranoico!
Me suelta el brazo. Pero en ese momento su mano se
dirige a mi cara. Pegándome. De esas ostias que te hacen girar la cara y que
suenan. Después de sacar su mano, me mira. Una lágrima cae por mi cara un poco
roja, por mi mejilla derecha. Me toco con la mano la parte dolorida. Mi madre se
aproxima a mí, quiere ver como estoy. Pero yo no.
-Hija… ¿Estás bien?
-Déjame, mamá. Si eres igual que él paso de estar
contigo.
-Pero…
No respondo. No puedo. Me duele. Pero más lo que mi
padre ha hecho. Él continúa mirándome pero yo no le devuelvo la mirada
precisamente.
-¡Te odio papá, eres lo peor! – Le digo intentando
hacerme la fuerte, aunque mis lágrimas ya empiezan a mojar mi cara. Me giro y
miro a Travis. Me mira serio y me ofrece su mano. Me giro y vuelvo a mirar a mi
padre.
-Sabes bien lo que quiero. Y no lo vas a poder
cambiar.
De nuevo me giro y le cojo la mano a Travis. Nos
dirigimos a la moto. No decimos nada. El silencio nos invade. Al igual que la
rabia y la tristeza que hace nada creíamos tenerla muy lejos de nosotros,
encima de aquel escenario.
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