lunes, 28 de mayo de 2012

Solo tú sabes el motivo de mi sonrisa - Capitulo 17



Capítulo 17:


Después de haber soltado un par de lágrimas, nos ponemos el casco, subimos a la moto conducida por él y nos dirigimos al instituto. Cuando paramos en algunos semáforos Travis aprovecha para mirarme, yo le sonrío, intentando que él piense que estoy bien. Aunque en verdad no. Lo que tengo claro es una cosa, que voy a cantar. Llegamos al instituto, me bajo de la moto y el también, apaga el motor, dejándola aparcada.

-Te puedo decir una cosa… - Le digo cogiéndole de las manos.
-Dime.
-Voy a cantar. – Le suelto de repente. 
-¿En serio?
-Sí, pero por ti.
-¿Por mi? No. Si cantas que sea por ti.
-La canción que voy a cantar es de amor y la cantan dos personas, aunque la cante con un chico de clase que se ha ofrecido, según Tamara que me lo dijo ayer, ni que la cante con ese, igualmente la canción irá dedicada a ti.
-Ya me gustaría estar allí para verte, pequeña…
-Ya me gustaría a mí que cantases conmigo y no con ese estúpido.
-Será que lo haces muy bien.
-Ya… Bueno, será como si cantase contigo.

En ese momento escuchamos un: ¡_______! A coro. Son Tamara y Miriam y ahora vienen hacía aquí. Le damos dos besos a cada una y empezamos a hablar. Siento algunas miradas seguidas de risas entre mis amigas y él, algo traman, lo sé.
-¿Vas a cantar verdad, ______?
-Sí. – Respondo a Miriam.
-Y cantarás la de siempre, ¿no?
-La de siempre.
-¿Cuál? – Pregunta Travis. – Me tenéis perdido, ¡eh!

Reímos las tres. Hasta que al final le contesto, borrando mi sonrisa.

-Lo sabrías si vinieras a verme…
-No me hagas sentir peor, amor...
-Entonces pitufa, ¿cantarás la de “Quédate conmigo”?
-Sí, una de la banda sonora de la saga Crepúsculo.
-¿Cuál es esa? No la conozco…
-¿No le has hablado de tu canción favorita? – Me pregunta Tamara. – ¡Pero si la cantas a todas horas!
-Pues no, ¡jajajaja!

En ese momento abren la puerta del instituto. No quiero entrar. Él lo sabe. 

-Pff… - Suspiro.
-Bueno ________, quiero que cantes, ¿sí? Y si no, antes de salir al escenario mira la pulsera, sabrás lo que tienes que hacer, ¿verdad?
-Claro, siempre. – Le digo sonriéndole. Lo que tengo que hacer, claramente, es sonreír.

Le beso en los labios y después de dejar su mano me giro y me voy con mis amigas para el salón de actos, donde se representaría el festival. Entramos y nos dirigimos a los vestuarios. Voy a salir con lo que llevo puesto ya que me gusta bastante, aunque lo que no me gusta y quiero mejorar es el pelo.

Miriam y Lídia se ponen a alisarme el pelo, mientras Tamara me maquilla.

-Entonces, por lo que estoy viendo, cantarás, ¿no? – Me pregunta Lídia.
-Sí, cantaré. Pero sigo queriendo saber cuál es la sorpresa.
-Aun no te la puedo dar.
-¿Y por qué no?
-Porque aun no es el momento, ya la verás.
-Pff, vale… Por cierto, ¿Cuándo salgo al escenario?
-Eres la última en salir.
-¿La última? Yo que me lo quería sacar ya de encima…
-Pues tendrás que esperarte por lo menos una hora, entre las actuaciones de magia de sexto, los chistes de quinto, los bailes de primero y entre el cambio de grupo y todo… Sí, una hora.
-Esto se me va a hacer eterno…

Pero por lo que creía iba equivocada, esa hora supuestamente eterna se pasa rápida, me han alisado el pelo dejándomelo largo y con el flequillo de lado, Tamara me ha maquillado súper bien, creo que a él le gustaría verme ahora. Supongo que diría que no parezco la misma, aunque igualmente creo que le gustaría.

-________, en diez minutos, sales. – Avisa Lidia que acaba de entrar en la sala en la que Tamara, Miriam y yo hemos estado hablando.
-¡¿Ya?! Que nervios… Chicas, no sé si podré…
-¡Claro que podrás! – Me animan ellas.

Miro la pulsera y inevitablemente, sonrío. 

-Lo echas de menos, ¿no?
-No sabéis cuanto. Solo ha pasado una hora y ya lo echo de menos…
-Sabes que él quiere que cantes y tú también quieres.
-Canto por él, no porque quiera, que es diferente.
-Tú canta, por ti, por él o por quien sea.

Lidia vuelve a entrar. 

-Sales, ya.

Salimos de la sala, estoy muy nerviosa. Llegamos a las pequeñas escaleras que dan al escenario. La primera frase la digo yo así que tengo que salir yo primera, aunque el chico, el de clase, estará de espaldas. O eso me ha dicho Lidia. Me despido de Lidia y subo al escenario. Siento como los nervios empiezan a hacer que no me salgan las palabras pero consigo relajarme. Cuando justamente, la canción empieza. 


-Intento no pensar en lo lejos que estas, el amor que siento no lo puedo controlar… - Una voz conocida me hace el coro, cantando con suavidad, dejando que mi voz gane posición y se escuche más. Cuando se gira, no puedo creerlo… Es Travis.

A medida que la canción va sonando, vamos cantando. No entiendo como se la puede saber pero supongo que el momento junto a él con nuestras manos unidas, no ocupadas por los micrófonos y nuestros ojos clavados en una sola mirada me deshace de cualquier pensamiento y cualquier cosa contraria a este momento inexplicable. Cuando la canción termina, con los micrófonos abajo, nuestras miradas aun unidas, al igual que nuestras manos y una sonrisa en la que demostramos felicidad, le demuestro el te quiero más sincero que he podido decir nunca a alguien, dominado por un beso.

Escuchamos más aplausos de los que hemos escuchado al finalizar la canción. Después del beso busco con la mirada a mi madre que también aplaude, un poco emocionada. Yo sonrío, la sonrisa nadie me la puede borrar, él la ha formado, él la podrá borrar. Travis también sonríe. No podemos evitarlo. De nuevo miro la pulsera: Solo tú sabes el motivo de mi sonrisa. Porque ahora y siempre, solo él lo sabrá. Porque mi motivo es él. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario