miércoles, 30 de mayo de 2012

Solo tú sabes el motivo de mi sonrisa - Capitulo 19



Capítulo 19:

Nos dirigimos hacía la moto. Cuando sé que mis padres se han marchado ya que escucho como el coche está en marcha y se va del aparcamiento, mi mano, la que esta cogida a Travis, empieza a temblar. Travis me mira mientras mis ojos vuelven a humedecerse. Me abraza y justo cuando sé que solo estamos él y yo, que estoy entre sus brazos y que puedo estar segura empiezo a llorar. A soltar todo lo que llevaba guardado por culpa de mi padre.

-No puedo más, Travis… - Le digo entre sollozos.
-Lo siento mucho, pequeña…
-¿Por qué? La culpable soy yo, ¿o es que no lo entiendes?
-Mira, ______, si yo no le hubiera dicho a tu padre que iba en moto, nada hubiese pasado. Lo mataría, le hubiese dicho de todo. Pero es tu padre y es el que ha hecho que existas.
-Ahora me da igual.
-¿El qué?
-Existir.
-¿Te da igual existir? 
-Sí, me gustaría morirme ahora mismo.

Lo digo tan seria y tan enrabiada con mi padre de que me olvido de que Travis está ahí apoyándome, conmigo, a mi lado. Al pensar en eso y al mirarlo a los ojos, empiezo de nuevo a llorar. Volviéndolo a abrazar.

-Lo siento de veras… Soy una idiota.
-No lo eres. Eres una de las personas más importantes para mí y no sé qué haría sin ti ______, no quiero que te vayas a Madrid.
-Yo tampoco quiero irme y no voy a irme.
-Tus padres… - No le dejo acabar.
-Mis padres que digan misa. Yo quiero estar contigo.
-Y yo amor, y yo…

Vuelvo a cogerle de la mano y vamos caminando el poco camino que falta para llegar a la moto. Al llegar, él se apoya en ella y me rodea con sus brazos.

-Te quiero muchísimo pequeña…
-Yo más, no sabes cuánto.
-Más que yo, no, eso es seguro.
-Pero si me obligan a irme a Madrid…
-No sigas, por favor.

Lo miro bien. Tiene los ojos llorosos, yo también. Lo abrazo, de nuevo. Me gusta estar entre sus brazos, me siento querida.

-Intento no pensar en lo lejos que estas, el amor que siento no lo puedo controlar…  - Empieza a cantar él la canción de “Quédate conmigo”, de nuevo.
-Te extraño tanto que mi corazón va a estallar, vuelve ya, por favor, no me hagas esperar… - Le sigo yo, cantando. Mientras las lágrimas dejan que mi cara se humedezca.
-Te doy la luz de mis ojos para que me puedas ver y no sufras mas por mi, siento tu olor, me estremece el corazón, no te vayas por favor… - Cantamos de nuevo los dos, siguiendo la canción. 
 
Pero no puedo seguir cantando porque rompo a llorar desconsoladamente, de nuevo, abrazándome a él. Él me estrecha entre sus brazos suavemente.

-Ya está, pequeña… 
-No soporto el pensar que no puedo estar contigo…
-No llores más… - Me dice levantándome la cabeza que tengo escondida en su hombro, cogiendo suavemente mi barbilla, haciendo que lo mire. – Te quiero ______…
-Yo también te quiero, mucho. Pero no quiero irme, cuando por fin tengo a alguien que de verdad me quiere, debo irme. No es justo.
-Ya lo sé que no es justo, pero tus padres son los que, hasta que seas mayor de edad, te controlan y vigilan. Y me duele muchísimo tener que decirte esto ________, pero… Debes hacer lo que te digan. Debes irte a Madrid.
-No. Lo seguiré negando. Sé que lo dices para que mi padre no se vuelva a enfadar… Pero a mi padre no le pienso a hablar en la vida. Lo que me ha hecho no tiene perdón alguno. 
-Y entonces, ¿quieres quedarte conmigo?
-¿Lo dudas? 
-No, lo sé.
-Creído.
-No, amor. Creído no, guapo sí.
-Las dos cosas mejor. – Digo formando una sonrisa.
-Ah, ¿lo de guapo también? ¡Lo sabía!
-Vale, ¡eres un creído cariño! – Le digo riendo.

Él también ríe. Hace un momento llorábamos y ahora reímos… Somos de lo que no hay. Es el mejor, no hay comparación. No sé qué haría sin él, mejor dicho: no sé qué haré sin él si debo irme a Madrid. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario