domingo, 4 de marzo de 2012

De madura no tienes nada





Nos creemos muy maduras, y seguimos llorando por cosas de crías. Cómo cuando eramos pequeñas, cuando el chico de clase que nos gustaba no nos dejaba las pinturas o os colores. Nos creemos muy mayores y seguimos siendo unas niñas, no lloramos por muñecas pero lloramos por ese action man de carne y hueso. Nos dejamos manipular como niñas; no nos roban la nariz, pero nos roban el corazón. Nos enamoramos con facilidad, nos roban los besos, esperanzas, nuestros sueños y aveces la dignidad. Presumimos de madurez y, no nos engañemos, seremos maduras para algunas cosas, pero para otras somos principiantes, no tenemos ni puta idea. Pero lo que me rebienta es que con 14 años no pueda presumir de madurez y niñas de 10 años que digan que han sufrido ¿Quién te dejó, Pocoyo? Los problemas crecen cuando nosotros crecemos, si ahora sufrimos por algún capullo, ¿Que va a pasar si nos deja nuestro marido? Realmente me considero madura, madura para tener 14 años, pero hay cosas que todavía me superan. Y es que es así, la fortaleza, se consigue dándose ostias y las ostias que nos da la vida ahora, en unos años estarán multiplicados por 10, por 15, por 20... Y no podemos dejar que esas cosas que nos hacen daño nos hagan pedazos hoy, porque, ¿qué será de nosotras cuando realmente seamos mujeres hechas y derechas? Dejemos de presumir de madurez, porque no podemos hacerlo, disfrutemos de la falta de la misma durante el tiempo que nos queda, o acabaremos solas y amargadas. Es momento de disfrutar, de sentir, y de llevarnos ostias de todos lados, para aprender, para madurar. Porque madurar consiste en aprender, y la única manera de aprender es metiendo la pata hasta el fondo, la única manera de aprender es vivir.



No hay comentarios:

Publicar un comentario