martes, 17 de abril de 2012

Quiéreme, quiéreme como se quiere por primera vez


Querido Papá Noel:

Sólo te pido que me traigas un amor.
No te pido que sea definitivo, porque eso ya no depende de ti. Simplemente te pido que sea fiel, que sólo me tenga a mí en sus pensamientos, y que sea capaz de mantener amistades femeninas sin entremezclar flirteos que lleven a malos entendidos.
Quiero alguien que me entienda, y que saque lo mejor de mí.
No pido un sueño, sólo una realidad con él.
Lógicamente, no te pido que todo sea un camino llano y sin baches, porque lo bonito de discutir es reconciliarse, demostrar los ideales distintos y superarlos por amor, haciendo que éste último aumente.
Quiero alguien con el que huir de la realidad, de lo cotidiano, que me secuestre y me lleve a algún lugar en el que hablar y estar solos, en nuestro mundo; sólo él y yo.
Alguien que, con mirarnos, me entienda y reaccione.
Que me saque sonrisas y que me pida perdón si me hace llorar.
Quiero a ese chico que me abrace sin miedo, me acune y me bese. Que tenga confianza en mí y me cuente cosas, de manera que yo pueda ayudarle. Que me escuche cuando la del problema sea yo y no le importe soportarme o verme llorar.
Alguien que quiera pasar rato conmigo, que haga que me olvide del mundo real.
Alguien que me envíe un sms por la noche o a cualquier hora, por el simple hecho de hacerme feliz.
Alguien que no espere a una fecha señalada para tener un detalle y que aunque no sepa siempre qué decir, me reconforte.
Esa persona con la que el silencio no sea molesto, y las horas se me hagan cortas.
Alguien que me ame tal y como soy y no me juzgue por lo que hago.
¿Puede ser, Santa Claus?



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