viernes, 13 de abril de 2012

Todo terminó, bajaron el telón


Y entonces lo supe. Mirando sus ojos, observando el leve tono azulado que estaban adquiriendo, supe que todo había acabado.

Fue como si notara el segundo exacto en el que, el hilo invisible que nos había mantenido unidos hasta aquel momento, se había roto.
La conexión que siempre había habido entre él y yo había desaparecido de forma permanente. Yo seguía arrastrada por su fuerza magnética pero él ya estaba completamente fuera de mi alcance. Ya no me pertenecía.
Bajó la mirada, evitando que ésta se encontrara con la mía, inquisitiva, decepcionada.
Sabía que estaba buscando la forma de poder irse ya y de dejarme atrás. Era triste ver cómo después de todo lo que habíamos pasado, después de todo lo que nos habíamos querido, todo se había acabado. Así. Sin avisar. Sin pedir permiso para irse.



No hay comentarios:

Publicar un comentario