Lo nuestro ha sido un simple juego de amor en el que nadie ha ganado, un juego de amor que ni tan sólo ha empezado, porque ninguno de los dos ha querido tirar los dados para ver quien salía primero, porque ninguno de los dos sabía que color de ficha escoger, porque a ninguno de los dos nos gustaba el tablero. Y ahora estamos perdidos, esperando que siga un juego que no ha empezado, que está ahí, en un baúl cerrado, con ganas de que alguien lo abra. Te has cansado de esperar a que yo inicie la partida, y por eso tú has decidido cambiar de juego, ahora todo es totalmente diferente, hay nuevas normas, nuevos jugadores, pero, ¿cómo sabes que no te gusta nuestro juego, si nunca hemos jugado?
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