Entonces, yo estaba a punto de besarle, a centímetros de su boca... Sentía la pesadez de su respiración, y por un instante el mundo se detuvo cuando su mirada se fijó en la mía... Sentía que recorría mi cara, como si quisiera grabar cada detalle, y por un momento, yo olvidé respirar. Sonreí al notar su nerviosismo, al sentir como su mano izquierda temblorosa llegaba hasta mi mejilla, para acariciarla... Para hacerme volar. Mientras la derecha la posaba en mi cintura... De pronto desde el cielo se desprendían pequeñas gotitas de agua, avisando la entrada del invierno...
-Si seguimos aquí, te mojaras y puede que te costipes, cariño. - susurró sobre mis labios, sin dejar la delicadeza que en este momento le caracterizaba.
-No necesito nada mas, si no me besas moriré. - Sonreí al darme cuenta de lo exagerada que estaba siendo.
Tu te acercas lentamente, sin duda querías torturarme. Antes de llegar al destino final, mis labios... Dices en forma de suspiro...
-No querría estar en otro lugar que no fuera este, te quiero princesa. -
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