miércoles, 11 de enero de 2012

Lugar*



Me encanta ir a esos sitios, donde nadie sabe como llegar, donde voy sola tan solo para cerrar los ojos y sentir como la brisa acaricia mi pelo.
Me gusta respirar el aire limpio que llena mis pulmones y jugar a encontrar el lado positivo de las cosas, oír a los pájaros cantar, mientras intento descifrar qué és lo que dicen.
Quizás soy fantasiosa y creo en cosas que nunca se harán realidad, me imagino mi vida en un futuro sabiendo que posiblemente nunca sea así, pero almenos en ese momento soy feliz.
Pienso en mis amigas, pero en las que de verdad estan siempre ahí, en las que me aconsejan sabiendo que es lo mejor para mi, aun que sepan que yo después haré lo que quiera, pero a pesar de eso siguen ahí, ofreciendome su hombro cada vez que lo necesito.
Hago un repaso a toda mi vida y veo que hay errores, muchos errores, pero errores que se pueden remediar.
Siento que nada es como antes, que ahora todo es una mierda.
A veces hay que sacar la fuerza de donde no hay, y a pesar de saber que todo no es como uno quiere, ver que realmente nada es tan malo, que como dicen “el tiempo lo cura todo”. Creo que he estado muchos años estancada, sin entender por que razón me he comportado de esa forma tan... ni si quiera sé cómo explicarlo…
¿Mi refugio? ese lugar, esos sonidos que tranquilizarían incluso a un terremoto. Ese lugar que me recuerda que todo no es tan malo, y que pase lo que pase, SIEMPRE hay que seguir adelante.
Y como de costumbre hay algo; un olor, un sonido que me recuerda a ti y me paro a pensar en ti, en ti, que me has hecho tanto daño, en ti, que andas liándote con todas como si de un juego se tratara, en ti, que has jugado conmigo como has podido, y como te ha venido en gana.
Es en ese momento cuando se rompe la magia del momento, cuando lloro de rabia por todo lo que he pasado por ti, por todo lo que he hecho sin que haya servido de nada, ¿Enserio crees que soy una muñeca con la que puedes jugar cuando solo a ti te apetece? No te equivoques monada, yo ya estoy harta, harta de tus estúpidas excusas, harta de que me mientas. Y yo pensando que alomejor algún día cambiarías. Pero que inocente que he sido. Menos mal que por fin he abierto los ojos.
Y ahora sí, continua como siempre, haz lo que te venga en gana, diviertete con todas como siempre, pero solo cambia una cosa, yo ya no estoy entre ellas.






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